Cinco habilidades que puedes desarrollar con ayuda de los videojuegos

¿Se puede aprender de los videojuegos? ¿Pueden ser algo más que un pasatiempo con el que rellenar nuestro tiempo de ocio y entretenimiento?

 Alejándonos de viejas y absurdas polémicas como que algunos videojuegos alientan a la violencia, lo cierto es que no son pocos los estudios que aseguran que los juegos pueden ayudarnos a desarrollar y potenciar determinadas habilidades que podemos aplicar en la “vida real”, beneficiándose de ello nuestra carrera profesional, nuestras relaciones personales e incluso nuestra capacidad neuronal.  ¿De qué habilidades estamos hablando? Tal y como nos cuentan en Makeuseof, en función de nuestro catálogo de juegos podremos desarrollar:

Paciencia y perseverancia

 

“Grinding” además de significar inglés el hecho de moler el grano de trigo con una piedra, también hace referencia al llevar a cabo una actividad que en sí misma no es divertida ni interesante pero que se lleva a cabo de todas formas, se lleva a cabo con el objetivo de obtener alguna recompensa (harina en el sentido original del término).
La comunidad gamer ha adoptado esta palabra, utilizándola en expresiones como “the daily grind” que se aplica a juegos que exigen realizar acciones o actividades repetitivas con el objeto de progresar en el desarrollo del mismo. Juegos de rol como Final Fantasy o Dragon Warrior exigen al jugador la paciencia necesaria para repetir combates una y otra vez con el objeto de adquirir nuevas habilidades que le permitan avanzar en el desarrollo de la historia.
Pero es sobre todo en la categoría MMORPG donde la repetición de rutinas, y el perserverar una y otra vez en las mismas tareas demuestra que puede ofrecer buenos resultados. ¿Máximos exponentes de esta forma de actuar? EverQuest o Ragnarok Online.

Planificación estratégica

Cada vez son más los juegos que exigen al usuario emplear sus capacidades de previsión y planificación estratégica. Desde títulos muy sencillos como Plants vs Zombies o incluso el propio Angry Birds a otros mucho más exigentes como Starcraft II o Civilization V, títulos que realmente demandan del jugador una buena capacidad a la hora de prever acontecimientos y saber desarrollar una estrategia que implementar en tiempo real.
Como la paciencia y la perseverancia que vimos en el punto anterior, la planificación estratégica es clave en buena parte de la vida profesional de cualquier persona. Aprender a ir unos pasos por delante, saber dónde queremos estar dentro de un año y entender qué tenemos que hacer para llegar a nuestro objetivo, son habilidades que nos van a resultar de gran utilidad.

Liderazgo y socialización

Uno de los estereotipos más asentados dentro del mundo de los videojuegos, es que el jugador es una persona solitaria, introvertida, con poca vida social. Los jugadores han sido visto tradicionalmente como personas aisladas, casi sin futuro, desconectados de la realidad que les rodea.
Lo cierto en cambio es que desde la llegada de las primeras consolas, jugar ha sido una forma de socializar, juntando a varios amigos enfrente de la pequeña pantalla. La llegada de los juegos on-line ha conseguido además la oportunidad de crear una experiencia compartida entre varios usuarios.
Si vamos más allá, en títulos que fomentan la creación de guilds y clans, estimulan el desarrollo de habilidades propias del liderazgo… y es que aunque parezca una comparación un poco naïf en realidad no resulta tan diferente dirigir una guild y hacer lo propio con un grupo de trabajo en nuestra empresa: gestión de horarios, dirigir nuestros recursos humanos hacia la consecución de un objetivo, motivar a los miembros de nuestro equipo, resolver conflictos personales… son habilidades que se aprenden en los juegos y que se aplican a la vida real.

Desarrollo cognitivo

Hace unos años comenzaron a ponerse de moda un buen número de juegos diseñados para mejorar nuestra capacidad mental. Títulos como Brain Age que ofrecen un gran número de actividades que nos ayudan a mejorar nuestra habilidad en campos como las matemáticas, nuestra comprensión lectora y concentración. Juegos como Flash Focus que centran sus esfuerzos en nuestra coordinación motora, nuestra agudeza visual y el desarrollo de una mejor visión periférica.
Esto por no hablar de juegos clásicos como Sudoku o Tetris que apuestan por el desarrollo de nuestro pensamiento lógico y deductivo o centenares de juegos destinados para su consumo mobile que todo lo que quieren es que demostremos que podemos ser un poco más listos sin renunciar a la diversión.

Empatía

Cada vez más creadores están haciendo suya la idea de videojuego como una forma más de expresión artística. En un sentido, algunos títulos han sabido demostrar que los videojuegos pueden ser literalmente arte. ¿No estás convencido? Échale un vistazo a juegos como Limbo, Don´t Starve, The Wind Waker o incluso el mucho más comercial Team Fortress 2.
Pero en un nivel más profundo, los diseñadores de videojuegos están empezando a explorar e incorporar los elementos emocionales que existen en otros medios, siguiendo para ello una lógica totalmente narrativa. De hecho algunos de los juegos más revolucionarios de los últimos cinco años (The last of us, Heavy Rain, Metal Gear Solid 3, Lost Odissey) destacan precisamente por haber sabido incorporar ese componente emocional.
Durante muchos años los videojuegos tuvieron una injusta fama de ser emocionalmente neutros y de lavar cerebros. Ahora la nueva generación de juegos está incorporando mucho de lo que durante tantos años hemos visto en libros y películas: desarrollar la empatía del jugador.

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